Odio muchas cosas desde que te conozco y no he comprendido bien la razón, mas lo imagino, odio a mi nombre si no tengo el tuyo. Y en cada despedida detesto que te odies y me dejes por que hay islas verdes en tus ojos descansan los dolores. Detente en mi una hora, al menos, si te encuentro y con las manos te diré lo que callé. Y tu me amarás. Y todo es perfecto, todo me sabe a ti. Destrozas las mentiras, tu fuerza las derriba. Sabes que la timidez ya no te pesa y hoy te elevará de odio y las mentiras grises.
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